martes, 21 de noviembre de 2017

Homenaje a José Zorrilla (1): "Ese vago clamor que rasga el viento..."

Club de Lectura de La Acequia junto al Panteón de vallisoletanos ilustres.

El sábado, día 18 de noviembre, el Club de lectura de La Acequia viajó a Valladolid, para homenajear al poeta José Zorrilla, con motivo del año de su bicentenario (1817-2017). ¡Y nuestra lectura de Don Juan Tenorio!

La primera parte de nuestra visita tuvo lugar en el Cementerio El Carmen, en el Panteón de vallisoletanos ilustres. José Zorrilla fue el primero, Miguel Delibes el último, diez "ilustres" en total. 

El sol suavizaba el frío. Nos colocamos frente a su tumba, en un lado del octógono, a la sombra de Castilla en bronce. Sobre la losa, encontramos sencillas y efímeras ofrendas: un poema y unas  flores sueltas pilladas con un humilde guijarro. Claveles, una malva y un diente de león.


Pedro Ojeda nos habla de José Zorrilla y nos lleva hasta el día 13 de febrero de 1837: van a enterrar a un famoso escritor suicida, en un cementerio madrileño. Sí, Mariano José de Larra será enterrado en sagrado, se había vuelto loco...Entre la multitud, avanza un desconocido, lee una elegía que había escrito para la ocasión:


...

No puede más, se desmaya. ¿Emociones? ¿Sueño y hambre? Sí, emociones pero también sueño y hambre, lo confiesa. Zorrilla pasa sus días en la Biblioteca Nacional y sus noches en el chiribitil de un compasivo cestero. Aquella lectura le abre las puertas del mundo literario. Muere un escritor y nace otro.


Nuestro club de lectura desea resucitar, aunque sólo sea un poquito, aquel momento, dos siglos después; nos conduce el recitado y la capacidad evocadora de Pedro Ojeda. Nos acompaña el entusiasta concejal de cultura de Torquemada, pueblo donde los Zorrilla tuvieron su casa solariega. También contamos con la valiosa presencia de Paz Altés, directora de la Casa Museo de Zorrilla

Mi amiga, la poeta Luz del Olmo, la de En un acorde azul, había escrito, para este día,  un hermoso poema que nos reúne a todos en torno a un "misterioso canto". La escuchamos: 


Luz del Olmo lee su poema


...

Luz del Olmo recita su poema 

Los lectores,"muy diversos", nos hacemos la foto de grupo. El concejal de cultura de Torquemada nos cuenta que el padre de Zorrilla se hizo enterrar sin lápida para que su hijo no pudiera localizar su tumba. La sombra paterna siempre acompañó dolorosamente a nuestro poeta homenajeado: 

Mi homenaje a Zorrilla con mi viejo ejemplar de Austral.

Una mirada a la tumba de Miguel Delibes. Saludos, don Miguel, buena compañía. Presente mis respetos a su señora, mi tocaya Ángeles Castro, y a doña Rosa Chacel, que tengo pendiente leerla.


Tumba de Miguel Delibes y Ángeles Castro

Abandonamos el cementerio y nos dirigimos al centro de Valladolid. Nos espera la exposición: "Mi exclusivo nombre de poeta" en el Archivo Municipal. Seguiré en otra entrada.

Un abrazo para todos de María Ángeles Merino. 

Gracias a Paloma Fernández Villa y a Yolanda Delgado por las fotos.

3 comentarios:

la seña Carmen dijo...

¡Qué bien tenerte siempre ahí, dando fe de lo ocurrido!

No tenía idea de este monumento, y menos de que allí me iba a encontrar también con las tumbas de Delibes y su mujer, la Chacel, Alonso Cortés, Vicente Escudero...

Ele Bergón dijo...

Fue una mañana muy emotiva y agradable a pesar del frío. Después vino la tarde y también estuvo llena de acontecimientos.

Besos amiga.

pancho dijo...

Zorrilla debía tener alguna fijación con los cementerios, ya se lo decían a su padre cuando en lugar de estudiar se dedicaba a visitarlos durante su época de estudiante, así que nada mejor que empezar la jornada con una visita a su tumba.
Por eso se desmayó también doña Inés cuando don Juan la visita en la celda del convento y no vuelve en sí hasta que está en el cortijo de don Juan.
Muy cultural y aprovechada visita a la capital.
Un abrazo.